Mi nombre es Rose Mery Zeidan Matta, parte de mi historia está relacionada con la fundación. Cuando mi madre estaba embarazada de mí, se encontraba en una situación socioeconómica muy desfavorable, por lo que la llevaron a realizarse un aborto. Al darse cuenta que tenía cuatro meses de embarazo no pudieron hacerlo. Esta situación llevó a que yo y mi madre fuéramos muy unidas.
Debo reconocer sin embargo que no dejó de marcar mi vida, vivir con el sentimiento de rechazo que solo el amor puede sanar. Por alguna razón Dios puso en mi camino un esposo que también iba a ser abortado, en este caso el procedimiento no resulto, aunque no dejo de dejar huellas en él. Pero Dios en su amor nos unió para trabajar juntos y dar testimonio con nuestras vidas.
Dios puso en mi corazón ser Enfermera Matrona, he tenido la dicha y la virtud de atender más de 1.000 partos. Estar con mujeres que no pueden embarazarse con tratamiento de infertilidad, acompañándolas y compartir su amargura silenciosa. También con mujeres que no deseaban su embarazo, enfrentándose a la gran decisión de abortar o dar su hijo en adopción.
Cuando una mujer da su hijo en adopción, está dando la oportunidad a la vida. Cuando una mujer está como estuvo mi madre, en su desesperación no encuentra salida. Si nosotros valoramos la vida tenemos que llegar a tiempo para que ella encuentre la salida.
Mi vida tuvo y tiene un propósito, mi esposo tiene un propósito, estamos vivos, estamos
aquí. Muchos más necesitan tener la oportunidad de cumplir el propósito de Dios.